Para esta versión de la famosa salsa brava, el protagonismo se lo lleva por completo el pimentón y no hace falta ningún tipo de salsa de tomate. Es una preparación muy sencilla, que solo te llevará unos 15 minutos. Te proponemos acompañarla de unas patatas guiso-fritas, pero prepárala con lo que más te guste.Con esta receta, conseguirás una salsa llena de sabor que le encantará a tu familia y amigos. Anímate a probarla.
4cucharadaspimentón(según lo picante que lo quieras, mezcla pimentón picante y suave en las proporciones que prefieras)
2cucharadasharina de trigo
300mLcaldo de pollo(o de verduras para una receta vegana)
3cucharadasaceite de oliva
sal al gusto
Elaboración paso a paso
Cortamos la cebolla en trozos. No es necesario que lo hagas muy fino, pues al final lo vamos a pasar todo por la batidora.En una sartén con aceite de oliva a fuego medio, cocinamos la cebolla lentamente.Añade una pizca de sal.
Una vez la cebolla esté traslúcida y suave de consistencia, incorporamos la harina y la mezclamos muy bien con el aceite.
Pasado un par de minutos, incorporamos también la pimienta blanca y el pimentón.
Mezclamos muy bien sin parar de mover para que la harina se cocine, pero con cuidado para evitar que el pimentón se queme.Hacer esto durando 2-3 minutos.
Ahora es el momento de ir incorporando el caldo poco a poco a la sartén.
Al principio, la harina absorberá muy rápidamente el caldo y tendrá una consistencia bastante espesa. Eso es normal.
Simplemente hay que ir añadiendo poco a poco el caldo mezclando muy bien e irá cogiendo una textura más fluida poco a poco.
Así, cuando hayamos usado todo el caldo debería ser una salsa bastante líquida. Si no está del todo, puedes añadir agua.Una vez lo tengas, es simplemente cuestión de ir reduciendo poco a poco hasta que tenga la densidad que te guste. Entonces, retira la sartén del fuego y pasa el contenido a un vaso largo de batidora.
Pasa la batidora para que no queden trozos de cebolla y prueba la salsa. Ahora es el momento de corregir de sal si hace falta.Y la salsa brava ya está.
Ahora simplemente sirve la salsa con lo que quieras. Patatas, carne, pescado...Y…¡Listo!
Notas
- A nosotros nos gusta preparar la salsa brava con patatas guiso-fritas: primero las cocemos para que el interior esté tierno y luego las freímos para conseguir un exterior crujiente.- Si lo prefieres puedes freír las patatas sin guisarlas, o confitarlas, o usar congeladas…con la salsa brava estarán buenísimas.